los cuatro sauces.
Estarán cuando no esté,
acariciando, sus ramas
al arroyo de mi pago,
de piedras y agua clara,
cuatro sauces que planté
bellezas verde esmeralda.
Son silentes compañeros
de silencios que te hablan
que de tan gentil dar calma,
les ofrezco de mi sabia
el sentir de mi guitarra;
y les canto, en voz alta,
susurrando y en voz baja,
versos de otros poetas,
que resuenan con un eco,
en las tardes de montaña.
Les cuento de otros arroyos,
de gigantes baobabs colosos,
de mares que tienen playas,
del aquí de mis amores,
de mis cuitas y mis ansias,
de mis sufridas derrotas,
de mis batallas ganadas;
del allá y del horizonte
pequeño cuando la angustia
se te mete en la garganta,
enorme, cuando en la vida
descubrimos la esperanza.
Mis cuatro sauces frondosos
que estarán cuando me vaya,
son paisaje que se quedan
en el campo de mi alma.
r.b
.
rb
Comentarios
Publicar un comentario